A veces lo veo a Jesús...
Durante la Santísima
Eucaristía, a veces, lo veo a Jesús. Aparece de repente en el
medio de las hileras de bancos de la iglesia vestido como un niño de
la calle de 5 ó 6 años de edad, la cara medio sucia y los pantaloncitos
rotos en las rodillas. A veces pide alguna monedita para comprarse un cuarto
de pan o quizás una factura, pero nadie le da nada porque estamos todos
empeñados a echar dos moneditas en el saco de las ofrendas al Vaticano.
Otras veces, desconsolado y cansado, se sienta en la esquina de un banco medio
vacío; bajo la mirada inquisitoria de los feligreses. Pero se queda
sólo unos minutos, luego -mientras que nosotros nos damos la Paz antes
de comulgar (¿dignamente?)- Él vuelve afuera, al frío,
a reanudar su tarea; que es aquella de demostrar al Padre como los creyentes
ha desarrollado un poquito su misericordia.
Posdata: Hasta
una vez algunos lo han sacado de malo modo de la parroquia “Santísimo
Sacramento” (dedicada a Él) ...porque según ellos, “San José”
lo manda a pedir por tomar vino.
”Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria rodeado de todos sus ángeles,
se sentará en el trono de Gloria, que es suyo. Todas las naciones serán
llevadas a su presencia, y separará a unos de otros, al igual que el
pastor separa las ovejas de los chivos. Colocará a las ovejas a su
derecha y a los chivos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los que
están a su derecha: «Vengan, benditos de mi Padre, y tomen posesión
del reino que ha sido preparado para ustedes desde el principio del mundo.
Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y ustedes me dieron
de beber. Fui forastero y ustedes me recibieron en su casa. Anduve sin ropas
y me vistieron. Estuve enfermo y fueron a visitarme. Estuve en la cárcel
y me fueron a ver.»
Entonces los justos dirán: «Señor, ¿cuándo
te vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo
te vimos forastero y te recibimos, o sin ropa y te vestimos? ¿Cuándo
te vimos enfermo o en la cárcel, y te fuimos a ver? El Rey responderá:
«En verdad les digo que, cuando lo hicieron con alguno de los más
pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí.»
Dirá después a los que estén a la izquierda: «¡Malditos,
aléjense de mí y vayan al fuego eterno, que ha sido preparado
para el diablo y para sus ángeles! Porque tuve hambre y ustedes no
me dieron de comer; tuve sed y no me dieron de beber; era forastero y no me
recibieron en su casa; estaba sin ropa y no me vistieron; estuve enfermo y
encarcelado y no me visitaron.»
Estos preguntarán también: «Señor, ¿cuándo
te vimos hambriento o sediento, desnudo o forastero, enfermo o encarcelado,
y no te ayudamos?» El Rey les responderá: «En verdad les
digo: siempre que no lo hicieron con alguno de estos más pequeños,
ustedes dejaron de hacérmelo a mí.»
Y éstos irán a un suplicio eterno, y los buenos a la vida eterna.»”