Steward Relfe supuso que si el versículo 17 del capitulo 13 del Apocalipsis insistía en que "nadie podrá comprar ni vender" sin la marca de Satán, debería orientar sus pesquisas hacia el mundo de la economía. Y allí se encontró con los códigos de barras, un ingenioso sistema de clasificación informática que ya está impreso en la casi totalidad de los productos comerciales que adquirimos. Si nos detenemos un instante a observar uno de esos códigos (el lector puede hacer ahora mismo al prueba), veremos como al principio hay una barra doble un poquito más larga que no tiene número debajo como las demás; justo en el medio hay otra igual, y una tercera idéntica se encuentra al final del código.
Pues bien, Mary Steward, después de localizar la empresa que había diseñado este sistema, averiguó que cada una de estas barras simboliza un 6, la clave hexadecimal que descodifica toda la información acumulada en el código. Es decir, que -según esta autora- que en cada uno de estos códigos de barrase ocultan tres 6, o dicho de otra manera, una clave 666 controla ya la economía internacional.

"A este fin hará que todos los hombres, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, tengan una marca en su mano derecha, o en sus frentes, y que ninguno pueda comprar o vender, sino aquél que tiene la marca, o nombre de la bestia, o número de su nombre. Aquí está el saber. Quien tiene inteligencia, calcule el número de la bestia, que su número es de un hombre, y el número de la bestia, seiscientos sesenta y seis." ( @ 13:16/18 )

En Bélgica ya se ha pensado en contramarcar a los recién nacidos (para protegerlos de los robos de bebés, y dotarlos de un DNI epidérmico no extraviable) por medio de un código de barras, tatuado con tinta ultavioleta y por eso invisible al ojo humano, en la piel. Se lo puede leer por medio de un lector láser, como aquél presente en las cajas de los grandes supermercados (¡como una latita de gaseosa!). También las empresas de tarjetas de crédito, encabezadas por VISA, son interesadas en reemplazar las tarjetitas plásticas con este nuevo sistema a prueba de robo; y que elimina el problema de la identificación del usuario. Parece, en consecuencia de que la supercomputadora "La Bestia" de Bruselas calcula en hexadecimal con grupos de seis dígitos, se adoptará como numeración tres "trenes" de seis cifras hexadecimales, expresadas en código de barras en infrarrojo; utilizando las primeras tres cifras para codificar el prefijo 666 que MasterCard utiliza desde 1980. El número 6 aparece con frecuencia sobre todo adónde hay transmisión de datos o reconocimiento de códigos de barras por la siguiente razón: la secuencia hexadecimal 6666... expresada en binario se torna 011001100110011001100110... que, representada en un gráfico, es una onda cuadra periódica con frecuencia un cuarto de la frecuencia de cifra. Sirve para sincronizar los aparatos de recepción cuando la velocidad de transmisión es asíncrona -ADSL-, o sea no es soportada por un "clock" directo de referencia.
A todos los códigos de barras de los productos que tengo en casa los antecede un 3 ó 4 ó 5 ó ...7 y a los de las revistas y de los libros un 8 ó 9. Ignoro lo que identifiquen las series 0 ó 1 ó 2 pero creo que la serie 6 esté reservada para los hombres (y mujeres).

¡ NO SE DEJEN MARCAR !

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