Siento
que Tu misericordia, Señor, ha penetrado mi alma en
su totalidad. Me has perdonado más de cuanto yo me
atrevía esperar o más de cuanto era capaz de imaginar.
Tu bondad ha superado todos mis deseos. Y ahora Te
invito a mi corazón, llena de gratitud por tantas
gracias. Había errado por el mal camino como el hijo
pródigo, pero Tu no dejaste de ser mi Padre. Multiplica
en mi Tu misericordia, porque ves lo débil que soy. - Jesús: Hija, no hables más de tu miseria, porque Yo ya no me acuerdo de ella. Escucha, niña Mía, lo que deseo decirte: estréchate a Mis heridas y saca de la fuente de la vida todo lo que tu corazón pueda desear. Bebe copiosamente de la fuente de la vida y no pararás durante el viaje. Mira el resplandor de Mi misericordia y no temas a los enemigos de tu salvación. Glorifica Mi misericordia. |
DIÁLOGO
ENTRE DIOS MISERICORDIOSO Y EL ALMA DESESPERADA |
- Jesús: Oh alma sumergida en las tinieblas, no te desesperes, todavía no todo está perdido, habla con tu Dios que es el Amor y la Misericordia Mismos. Pero, desgraciadamente, el alma permanece sorda ante la llamada de Dios y se sumerge en las tinieblas aún mayores. - Jesús vuelve a llamar: Alma, escucha la voz de tu Padre misericordioso. En el alma se despierta la respuesta: Para mi ya no hay misericordia. Y cae en las tinieblas aún más densas, en una especie de desesperación que le da la anticipada sensación del infierno y la hace completamente incapaz de acercarse a Dios. Jesús habla al alma por tercera vez, pero el alma está sorda y ciega, empieza a afirmarse en la dureza y la desesperación. Entonces empiezan en cierto modo a esforzarse las entrañas de la misericordia de Dios y sin ninguna cooperación de parte del alma, Dios le da su gracia definitiva. Si la desprecia, Dios la deja ya en el estado en que ella quiere permanecer por la eternidad. Esta gracia sale del Corazón misericordioso de Jesús y alcanza al alma con su luz y el alma empieza a comprender el esfuerzo de Dios, pero la conversión depende de ella. Ella sabe que esta gracia es la última para ella y si muestra un solo destello de buena voluntad aunque sea el más pequeño, la misericordia de Dios realizará el resto. -
[Jesús]: Aquí actúa la omnipotencia de Mi misericordia, feliz el alma
que aproveche esta gracia. |