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Porque amar y expresarse, es el anhelo de todos -
Éste
no es un tratado, quisiera ser un testimonio (...o dos). Faltaban unos días
para el Día de los Enamorados y yo estaba navegando por las comunidades virtuales
de la aldea global en Internet. Buscaba mi “media naranja”, que tenía que
ser de las Islas Filipinas -que están en la China-, de aspecto muy agradable
-para mi gusto-, hablar en español -cuando allí la lengua de Cervantes es
solamente un recuerdo-, ser una reina de la casa -cuando todas quieren ser
“esclavas “de un trabajo-, no querer un televisor en casa -cuando todas son
teleadictas-(¡ni hablar que fume!), amar más a Jesús que a su pareja -como
lo es para mí-, y estar dispuesta a casarse con un paralítico (...encima “tano”
-italiano- y “loco”) -que el Señor muy pronto iba a levantar de la silla de
ruedas por fe-; ¿casi imposible, no?. Frente a una búsqueda infructuosa pensé:
¿Cuál es aquel Ordenador que puede encontrar en el mundo entero una pareja
que pegue con mi signo (=carácter)?; ¡Dios, aquél que creó y ordenó a toda
la creación, fue la respuesta!. Así que oré al Creador pidiendo la intercesión
de San Valentino y de San Nicolás de Bari. San Valentino fue un mártir que
casaba, de a escondidas del emperador romano, a las parejas cristianas enamoradas,
y el obispo Nicolás se despojó de los tesoros de la iglesia de la ciudad de
Bari para proporcionar las dotes a tres jóvenes hermanas piadosas que , de
otra forma y en esa época, habrían terminado en la calle; de allí los regalos
a los niños (de Santa Claus, o del Niño Jesús). Le pregunté a Dios si necesitaba
ayuda para realizar el contacto a través de una búsqueda en la telaraña de
Internet o si me la iba a traer de otra forma. Lo hice echando al aire una
vieja moneda fuera de curso de 50 viejos pesos (cruz=si, cabeza=no) en el
nombre de Jesucristo; como habían echado a suerte los apóstoles, entre Matías
y José Barsabas, para remplazar a Judas Iscariote (Hechos 1:23-26). Salió
cruz, o sea si. El día después volví a la computadora -u ordenador- del centro
telefónico público y tipeé en mi fiel buscador www.yupi.com las palabras “Islas
Filipinas + contacto”; él se enlazó con Altavista. En el medio de mucha basura
satánica (intercambio de parejas, amor “eros”, etc...), y en primera página
de 250 resultados de búsqueda, aparecía un sitio español que se ofrecía hacerlo
seriamente (...hace un par de años, ahora el mismo se “pudrió”, dándose al
chat erótico, etc). Entré en el sitio, en el área geográfica correspondiente,
en la franja de edad más razonable, y allí aparecía ella, mi princesa llena
de gracia. (¡Cuán bueno es Dios! - Aquí continúa mi “media naranja” o quizás
mi “media mandarina”, ya que viene de un país que está al sur de China; ahora
tiene que continuar ella...) ...SE
BORRÓ (...no se rían...)
Los
evangélicos -u otros- podrían opinar que los santos (muertos) no funcionan.
Bueno... tampoco los pastores “vivos” funcionan, en cuanto sigo estando en
una silla de ruedas a pesar que ellos impongan las manos; con mucha menos
fe de la que Jesús tenía cuando dijo a Lázaro que saliese fuera de la tumba.
¡Y por cierto, no era que aconteció porque Lázaro -que estaba muerto- tuviera
la fe suficiente para recibir el milagro, y yo no! Los apóstoles por lo menos
eran menos soberbios que los pastores actuales, porque en otra ocasión preguntaron
a Jesús: “¿Por qué nosotros no pudimos?...” y Jesús les dio
prontamente la receta: “...a fuerza de oración y ayuno”
(según Marcos 9 : 28 y 29); pero estos discípulos “modernos” parecen haberla
olvidado.
Aunque:“...Las
duras enfermedades son permitidas por Dios en este mundo para la salud del
alma. Mas que siendo llevadas en paz, de grandísimo mérito son.”