Muchos
hermanos en Cristo, de distintas denominaciones, pagan el diezmo al
Señor por mandamiento*, ejercido como
obligación ética o estatutaria por las iglesias; entregando voluntariamente
el 10% de los ingresos mensuales para la obra de Dios.
¿Pero Ud. que tiene una tarjeta de crédito está
pagando obligadamente el diezmo al diablo?
Los comerciantes dicen que sí porque, por cada
compra que Ud. hace, el 10% va directamente a La Bestia económica
globalizadora!
(*)...Traed
todo el diezmo al granjero, para que tengan que comer los de mi casa;
y después de esto veréis, dice el Señor, si no os abro las cataratas
del cielo, y si no derramo sobre vosotros bendiciones con abundancia...
Y todas las naciones os llamarán bienaventurados; pues será el vuestro
un país envidiable, dice el Señor de los ejércitos. (Malaquías 3:8-12)
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