"Los hombres harán uso siempre peor de los muchos conocimientos y capacidad que se habrán ganado y desde lo profundo de la creación atraerán voluntariamente todo tipo de condenación sobre ellos mismos y sobre toda la tierra.
Dios en su orden ya ha establecido por siempre que todo cuanto es falso y malo se destruye a sí mismo....
Si el hombre quiere erguirse en contra del orden establecido por leyes divinas y transformar el mundo, no será penado por un Dios iracundo, mas por el Orden Divino severo y fijo que ha así ofendido y que es ínsito en las cosas, las cuales deben permanecer así como están".
"Si los hombres de aquella época quieren una inundación excepcional del planeta no deberán hacer otra cosa que ponerse a la obra diligentemente para allanar y perforar los montes: así abrirán los diques de las aguas subterráneas. Si en cambio quieren ver en llamas la tierra entera, deben pues afanarse con decisión para destruir los bosques..."
"Cuando después en la tierra serán demasiados los epicúreos (los que buscan sólo el placer) vendrá pronto de Dios hecho bajar sobre los hombres un juicio universal. Y el fuego del juicio será representado por indigencia, miseria y aflicción, como hasta ahora la tierra jamás conoció...
Así un pueblo se levantará en contra del otro y le hará guerra con armas de fuego mortales. En consecuencia de esto los gobiernos acumularán deudas espantosas e infligirán a sus súbditos impuestos insoportables a los cuales seguirán encarecimientos y hambre.
El grandísimo número de pobres, oprimidos y perseguidos se rebelará finalmente en contra de sus opresores e infligirá ellos el golpe de gracia. Y esto será un segundo diluvio universal (de sangre)..."
"Mi Reino, que yo ahora fundo entre los hombres sobre la tierra, no es un reino mundano, mas divino, que está adentro del hombre.
El Reino de Dios... está en lo más íntimo de vosotros y consiste en el espíritu del verdadero amor hacia Dios y al prójimo, y en la verdad de la vida del alma...
Yo he venido en este mundo para traer a los hombres el verdadero Reino de Dios. Erigiré sobre esta tierra un vivero completamente distinto de verdaderos hombres, que durará después hasta el fin de los tiempos".
"Eventos naturales y epidemias se llevarán los hombres en masa. Acontecerán grandes signos en la tierra, en el mar y en el cielo. Yo suscitaré profetas que hablarán con mis palabras y que anunciarán más veces el próximo juicio. Pero la soberbia de los hombres no dará a ellos algún peso y les tomará el pelo ridiculizándolos. Esto será todavía el signo más cierto que el gran juicio se tendrá en la brevedad y que el fuego devorará todos aquellos que obran el mal. En aquella misma época algunos jóvenes tendrán visiones y algunas jóvenes profetizarán sobre las cosas que deben acontecer".
"Serán grandes las tempestades sobre la tierra y sobre el mar, como también los terremotos. El mar en muchos lugares inundará las orillas. Entonces los hombres mucho se asustarán en espera de las cosas que acontecerán en la tierra.
Habrá grandes terremotos y tempestades como también excesivos encarecimientos, guerras, carestías y varios otros males. Se difundirán enfermedades pestilenciales cuales hasta ahora jamás se han conocido entre los hombres. La fe, salvo que entre poquísimos, se apagará y el amor se enfriará en el hielo de la soberbia.
Aún si los hombres serán amonestados por videntes y por signos particulares en el firmamento, la sabiduría del mundo considerará todo eso solamente traído de ciegas fuerzas de la naturaleza y lo interpretará como insólitos efectos de causas naturales...
Al fin se verá la más grande revelación en consecuencia a mi gran regreso en tierra.
La precederá todavìa un juicio, el más grande y más severo, y después el fuego y sus saetas que harán una selección entre los hijos del mundo...
Será de esta forma manifiesto un juicio universal, pero también el él último sobre la tierra.
Solamente después de todo eso será establecido el Paraíso sobre vuestra tierra...
Este fuego no golpeará contemporáneamente todos los lugares de la tierra, más bien un lugar después del otro, de modo que a los hombres sea dado el tiempo y espacio para mejorarse."
"Cuando, como en los tiempos de Noé, el número de los puros y de los buenos se habrá reducido notablemente, la tierra deberá otra vez ser sometida a la orden con un juicio universal que no salvará ni a los hombres ni a los animales ni a las plantas. Entonces a los soberbios hombres de nada servirán sus armas vomitantes fuego y muerte, ni sus fortalezas, ni sus vías férreas sobre las cuales viajarán con la velocidad de una flecha.
¡Vendrá un enemigo del cielo ("Feind aus den Lüften"), mandará en ruina todos aquellos que han hecho mal!. Yo destruiré todos los negocios de los comerciantes y los bancos de los cambistas por medio del enemigo que enviaré a la tierra desde la profundidad del espacio como un relámpago que estalla en contra de ella con gran estruendo. En verdad, en contra de él combatirán todos los ejércitos de la tierra, pero a mis pocos amigos el gran e invisible enemigo no hará algún mal y los salvará para un vivero completamente nuevo del cual saldrán hombres nuevos y mejores.
Desde lo alto un fuego poderoso vendrá sobre los huesos de los malvados y los reducirá en polvo y ceniza. El Señor todavía visitará tres veces los lugares de los incendios y ninguno le preguntará: ¿Señor, que hacés? Y sólo la tercera vez debe ser quitado el último rayo de la ira".

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