Estos hombres,
y mujeres, que tendrán la conciencia cauterizada (1ªTimoteo 4:2) y seguirán
sus pasiones llenas de impiedad, cuales animales que no tienen el Espíritu
(Judas 19), ellos serán muertos en el Armagedón (batalla del gran día de
Dios, el Todopoderoso) por la espada (la palabra de Dios) que sale de la
boca de aquél que estará en el caballo blanco - Jesús-; y no tendrán que
revivir hasta que se cumplan los mil años del reinado, en este planeta renovado
(Apocalipsis 21:1), del Rey de reyes y Señor de señores (Presidente de presidentes,
Sabio de sabios, etc.), Cristo Jesús. En fin, serán juzgados delante del
trono blanco, entonces el infierno y la muerte serán lanzados al estanque
de fuego, y el que no fue hallado escrito en el libro de la vida, no será
asimismo arrojado en el estanque de fuego. Donde serán atormentados, día
y noche, por los siglos de los siglos. Esta es la muerte segunda, el estanque
de fuego. (¿Tendrán éstos, en la eternidad, oportunidad de arrepentirse?
- Apocalipsis 20:10-15).
¿Por qué alguien trendría que desear eso, sino por desconocimiento
de Jesús que le ama, y con Su Divina Misericordia le quiere dar vida eterna?.
PARAÍSO: Para los elegidos y escogidos. No, no estaremos arriba de unas
nubecitas, en túnica blanca y con dos alitas en los hombros, como dibujan
en las viñetas (las alas las tienen los ángeles, y nosotros - con Cristo
morando en nuestro corazón - somos superiores a los ángeles (Hebreos 1:4),
hechos a imagen de Dios (Génesis 1:27).
Paraíso, como ya escribí, significa jardín extenso y bien arreglado, lleno
de árboles, flores y animales. No, no seremos espíritus - porque un espíritu
no tiene carne ni huesos-(Lucas 24:39), sino que tendremos un cuerpo "transformado"
(1ª Corintios 15:51) como aquél que tiene Jesús resucitado (Lucas 24:36-43)...
y comeremos, no sólo un pedazo de pescado asado como hizo Jesús, sino que
el Señor de los ejércitos nos convidará en su monte sagrado un convite de
manjares mantecosos, de vinos fermentados, de carnes grasas suculentas y
de vinos puros sin mezcla (con colesterol y moderado alcohol, ¿¡y quién
dijo que en justas cantidades hagan mal!? - Isaías 25:6). Habrá niños recién
nacidos (¡después de la Gran Tribulación!) que estarán jugando, aún en el
agujero de un áspid, sin peligro; porque no habrá quien haga daño ni cause
muerte en todo mi santo monte, dice el Señor. Edificaremos casas y las habitaremos,
plantaremos viñas y comeremos de su fruto; no acontecerá que las edifiquemos
y otro las habite, ni que plantemos y otro sea el que come. El Príncipe
de Paz (Jesucristo) reciclará las armas de guerra como utensilios agrícolas
para el arado de los campos (Isaías 2:4). El lobo y el cordero pacerán
juntos, el león, como el buey, comerá heno; el alimento de
la serpiente será el polvo (Isaías 65:21-25). Y el tigre estará
echado junto al cabrito, el becerro y el león andarán juntos
y un niño pequeñito será su pastor. El becerro y el
oso irán a los mismos pastos y estarán echadas en un mismo
sitio sus crías; y el león comerá paja como el buey,
y el niño que aún mama estará jugando en el agujero
de un áspid, y el recién destetado meterá la mano en
la madriguera del basilisco. Ellos no dañarán ni matarán
en todo mi monte santo - dice el Señor - porque el conocimiento del
Señor llenará la tierra, como las aguas llenan el mar (Isaías
11:6-9). Y sucederá en aquel día que un hombre criará
una vaca y dos ovejas y por sobre de leche comerá manteca (no "light",
¡y no margarina!), porque manteca y miel (con fructosa y sacarosa,
¡no ciclamato y aspartamo!) comerá todo el que quedare en el
país (Isaías 7:21-22 - ¡Quien ama, quema!, recitaba
una propaganda italiana de galletitas dulces, por lo tanto nadie tendrá
grasa en exceso).
Tendremos un cuerpo teofánico de edad aparente entre 18 y 21 años,
nos dice el conferenciante internacional sobre Apocalipsis, William Soto
Santiago, de Puerto Rico. Un hermoso cuerpo celeste (1ª Corintios 15:40);
no hay niño que nazca feo - a menos que nazca enfermo - y los que
ahora se sientan feos, lo son por causa del pecado original que conlleva
maldiciones a este mundo, que trastornan sus rostros y cuerpos. Ya no habrá
enfermos: entonces se abrirán los ojos de los ciegos, y quedarán
expedidos los oídos de los sordos, el cojo saltará como el
ciervo y se desatará la lengua de los mudos (...y a los Sres. médicos
no les quedará más que trabajar en los campos - Isaías
35:5-6). |