En fin, el Vaticano yace en el mismo lecho de la Gran Ramera del capítulo 17 de Apocalipsis, que es la ciudad de Roma (las 7 colinas, los 7 reyes fundadores - Apocalipsis 17:9-10), pero ¿está allí -en olor a santidad- para redimirla o se ha dejado envolver en la hediondez de sus fornicaciones?
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SOY TODO TUYO MARÍA
   Virgen María, Madre mía me consagro a tí y confío en tus manos toda mi existencia. Acepta mi pasado con todo lo que fue. Acepta mi presente con todo lo que es. Acepta mi futuro con todo lo que será. Con esta total consagración te confío cuanto tengo y cuanto soy, todo lo que he recibido de Dios. Te confío mi inteligencia, mi voluntad, mi corazón. Deposito en tus manos mi libertad; mis ansias y mis temores; mis esperanzas y mis deseos; mis tristezas y mis alegrías. Custodia mi vida y todos mis actos para que le sea más fiel al Señor y con tu ayuda alcance la salvación. Te confío ¡Oh María!, mi cuerpo y mis sentidos para que se conserven puros y me ayuden en el ejercicio de las virtudes. Te confío mi alma para que Tú la preserves del mal. Hazme partícipe de una santidad igual a la Tuya; hazme conforme a Cristo, ideal de mi vida. Te confío mi entusiasmo y el ardor de mi juventud, para que Tú me ayudes a no envejecer en la fe. Te confío mi capacidad y mis deseos de amar; enséñame y ayúdame a amar como Tú has amado y como Jesús quiere que se ame. Te confío mis incertidumbres y angustias, para que en tu corazón yo encuentre seguridad, sostén y luz, en cada instante de mi vida. Con esta consagración me comprometo a imitar tu vida. Acepto las renuncias y sacrificios que esta elección comporta, y te prometo, con la gracia de Dios y Tu ayuda, ser fiel al compromiso asumido. ¡Oh María!, soberana de mi vida y de mi conducta, dispón de mí y de todo lo que me pertenece, para que camine siempre junto al Señor bajo tu mirada de Madre. ¡Oh María! Soy todo tuyo y todo lo que poseo te pertenece ahora y siempre. ¡Amén!
“No temas, estoy contigo”
REINA DE LA PAZ
Medyugorie
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- Jesús (a Santa Faustina Kowalska): “Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma: ‘Jesús en Tí confío’... Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. También  prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte.
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Yo mismo la defenderé con Mi gloria. Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias. Ese recipiente es esta imagen con la firma: ‘Jesús en Ti confío’. Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y (luego) en el mundo entero.”
- (Diario, 47; 48; 327).

LA CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA
(usando un rosario común de cinco decenas para rezar): “Primero rezarás un ‘Padre Nuestro’, un ‘Ave María’ y un ‘Credo’. luego, en las cuentas del ‘Padre Nuestro’, dirás las siguientes palabras: Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu
amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero. En las cuentas del ‘Ave María’, dirás las siguientes palabras: Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Para terminar, tres veces rezarás estas palabras: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero. Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como última tabla de salvación. Hasta el pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita. Deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia.” - (Diario, 476; 687).